La caracola según un diario no tan libre
Conoce los entresijos de la Operación Libertad y su impacto en el caso de narcotráfico en Cap Cana.
Actualizado: 22 de Agosto, 2025, 09:55 AM
Publicado: 22 de Agosto, 2025, 07:17 AM
Santo Domingo.– Diario Libre presenta a Eric Prince como un empresario.
En todo caso debería calificar su empresa como lo que es: una empresa del crimen, del negocio genocida militar.
Pero es que existe un vínculo cuasi carnal entre el poder imperial estadounidense y las elites subalternas locales, que se profundiza en el caso de los carteles del turismo.
Eso explica también que Diario Libre y su director, destacado desde los doce años en el periodismo cómplice de los designios de Washington y de las consecuencias nefastas de la invasión de 1965, se empeñe tanto en atribuirle al Presidente Maduro la propiedad de La Caracola, después de EEUU acusarlo de "narco-presidente".
Mientras, aquí, ese inquieto matutino silencia la posadera fotográfica de varios ex presidentes, e incluso del presidente de turno, con connotados capos de la droga; y eso sucede porque en esos casos no hay carteles promovidos por la Casa Blanca ofreciendo 50 millones de dólares de recompensa por su captura. ¨
Diario Libre describe La Caracola como "una villa de dimensiones excepcionales: edificada sobre más de 3,000 m² habitables en una parcela que supera los 6,000 m², que ccuenta con nueve habitaciones, diez baños, amplias salas de estar, comedor formal, cocina gourmet y varias terrazas abiertas al mar.
"Entre sus amenidades –agrega- se incluyen piscina de borde infinito, helipuerto, spa privado, gimnasio, áreas ajardinadas y acceso a los servicios integrales de Cap Cana, como restaurantes, tiendas, iglesia, rutas para ciclismo y vigilancia las 24 horas.
Esa propiedad fue intervenida y expropiada en el 2019 durante la llamada "operación libertad" realizada por la DEA-DNCD; y ahora, seis años después, una fiscal al servicio de Trump, Pamela Bondi, desempolvó el caso y se inventó una trama para convertir La Caracola en la lujosa mansión de Nicolás Maduro en territorio dominicano, según ella, "unos de los grandes traficantes de droga del mundo que amenaza la seguridad de EEUU".
Lean entonces como Diario Libre le hace el coro a la Bondi y a Trump, refiriéndose en estos momentos a ese caso que ya es fiambre periodístico de esta manera:
"Una exclusiva mansión en Cap Cana, en el distrito municipal de Verón, conocida como Villa La Caracola, es la propiedad incautada por los Estados Unidos al presidente venezolano Nicolás Maduro como parte de un paquete de bienes valorados en más de 700 millones de dólares".
A seguidas, viene el despliegue de fotos tomadas hace seis años, intentando resucitar una acusación que entonces no pudo ser probada. Tampoco ahora.
A continuación de esa grotesca denuncia resucitada, los mares de Nuestra América han sido asaltados por la poderosa Infantería Naval del decadente Coloso del Norte.
Van supuestamente contra los capos de la droga y Maduro es el "más peligroso" de todos.
Van precisamente disque tras los carteles radicados en México y Venezuela, dos de los países con gobiernos soberanos de la región.
Silencio total sobre los carteles blancos y rubios, amigos de Rubio.
La verdad es que ni los más imbéciles productores del cine-ficción "holllybudense" son capaces de hacer una película tan mala.
La decadencia del imperio tiene la virtud de destapar sus entrañas podridas y sus medios e intelectuales orgánicos serviles.
Tiene la virtud de revelar su pasión por la mentira: dicen que sus tropas van tras los capos de la droga y en verdad van por el oro, el litio, el uranio y el titanio.
Curioso, además: este espectáculo se monta vinculando a Maduro a CAP CANA, resort súper lujoso, al cual estuvo en su origen asociado Donald Trump, responsable directo de un gran delito ambiental en sus predios: el corte criminal de su imponente y milenario farallón.
Curioso, también: Diario Libre es del Grupo Punta Cana de los Rainieri, precisamente la competencia de CAP-Cana, propiedad del grupo ABRISA y los Hazoury.
Abundan, por demás, los capos en el mundo del turismo de lujo en todo el Este del país, y no son precisamente apellidos Maduro. Los hay, como lo fue Figueroa Agosto, bendecidos por Cisneros, Fanjul y un embajador gringo.
Diario Libre lo sabe y lo calla.
Como sabe y calla la gran prensa gringa que el narco-lavado es cosa de Wall Street y los grandes bancos de negocio de EEUU.
