Inmoralidad

La principal muestra de carácter de cualquier ciudadano.

Recibir luz sin pagarla es tan común que pocos lo ven como lo que es: el hurto de un servicio público.

Hay un aspecto poco comentado de las consecuencias del caos del tránsito.

2 minutos de lectura
José Báez Guerrero

José Báez Guerrero

Escuchar el artículo
Detener

Santo Domingo.– Hay un aspecto poco comentado de las consecuencias del caos del tránsito, la quiebra de las EDE o el fracaso del Ministerio Público para lograr condenas ejemplares en casos de corrupción o negligencia como la tragedia de Jet Set. Se trata del fomento de inmoralidades que a fuerza de comunes, en vez de ser aborrecidas por la mayoría del pueblo, pasan a ser parte casi inextricable de la cultura.

Recibir luz sin pagarla es tan común que pocos lo ven como lo que es: el hurto de un servicio público. Pero, ¿cómo si no enganchándose irregularmente logran conectarse cientos de miles de hogares para los cuales las EDE carecen de contadores o voluntad para cobrar? Hasta personas conscientes que desean ser buenos ciudadanos se ven obligadas a convertirse en ladrones involuntarios de luz o sino vivir a oscuras. Conducir en la vía pública cumpliendo todas las leyes y normas civilizadas no representa ninguna ventaja comparativa ante la olímpica flagrancia de los motociclistas, conchos, guaguas y camiones que destruyen impunemente el orden público (no sólo por como manejan).

Y lo de la Justicia da grima, sin necesidad de citar detalles. ¿Cómo puede pues considerarse empresario o ciudadano ejemplar a cualquier funcionario que contemporice o auspicie políticas públicas que dinamitan el tejido social normalizando inmoralidades que son también ilegales? La principal muestra de carácter de cualquier ciudadano, digno de ser tenido como honesto y responsable, es saber cuándo decir que no a los políticos a quienes les aceptan cargos públicos. Ningún "empresario exitoso" o "ciudadano ejemplar" puede serlo fomentando inmoralidades e ilegalidades; menos si es funcionario público sin criterio ni prigilio. 


    José Báez Guerrero

    José Báez Guerrero

    Biografía completa »