Apagones y un golpe de realidad

Las fundas de hielo se han convertido en "oro", el malestar en los barrios es descomunal y el desahogo se expresa quemando gomas y maldiciendo al gobierno, y no es para menos.

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Alberto Torres.

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Santo Domingo.– Volvemos a los tiempos de las velas, las lámparas con trementina, el molestoso sonido de las plantas eléctricas y a desempolvar los inversores; los apagones representan un retraso, una incomodidad y un aviso de que aún estamos a años luz del desarrollo, los prolongados cortes eléctricos son un puñetazo en la cara. 

Las fundas de hielo se han convertido en "oro", el malestar en los barrios es descomunal y el desahogo se expresa quemando gomas y maldiciendo al gobierno, y no es para menos; la ineficiencia en el manejo del sector eléctrico de los que han ostentado el poder (aunque unos más que otros) es una debilidad.

Hay que admitirlo, la única luz en los últimos años ha sido la construcción de Punta Catalina, la mala administración que ha tenido la misma es un tema aparte; mientras tanto hay que dormir con las persianas abiertas, los mosquiteros puestos y sobretodo cuidarse de los asaltantes que aprovechando la penumbra están "haciendo su agosto".